Dejando mis 31 años

Estos meses de encierro han sido de altibajos emocionales, incluyendo los momentos en los que redacto este escrito. Quería publicarlo como cierre de mi año anterior de vida, pero no lo alcancé a terminar hasta ahora (debo admitir que opté por dejarlo fluir en vez de obsesionarme con una fecha límite).

Instantes plenos, secos o lacrimosos. Me preocupa el futuro del mundo, de mi país, de mis seres queridos. He tenido tiempo para pensar en el mío, pero no siempre puedo aterrizarlo.

Tanta incertidumbre me hace dudar: si mis treinta y dos fueran mi último año, ¿habría tenido una vida valiosa? Pregunta contrastante con las infinitas posibilidades que veía a mediados de 2019. El año que cerré fue interesante para mi madurez.

Recuerdo iniciar mis 31 en un evento para profesores del Tec, donde instalamos una línea de tiempo de los 30 años de educación a distancia que trabajé por mucho tiempo. Mientras desenterraba avances del pasado, la universidad daba un gran paso al cambiar radicalmente sus planes de estudios.

En ese semestre entrevisté a muchas personas, docentes y administrativas. Unas ya estaban retiradas, otras cambiaron su rumbo. Sus ojos se iluminaban al recordar cómo enfrentaban problemas que en su momento parecían imposibles. Compartieron folletos, videocasetes y computadoras de ese entonces.

Me encanta que mi trabajo cause alegría y siento que ese proyecto despertó muchas emociones positivas, fue una forma muy bonita de cerrar mis siete años trabajando en el Tec. Recibí muchas muestras de cariño de personas inesperadas y mis amigas se aseguraron de que ese último día fuera extraordinario.

La oportunidad de nowports también comenzó a desarrollarse a principios de mis 31, en un momento en el que tenía muchas ganas de seguir creciendo y probar otras experiencias. Conocer a Gil, a Eli y a Poncho en las entrevistas me convenció a brincar de una institución con más de 75 años a una startup con gran potencial y que está transformando procesos estancados desde más o menos las mismas fechas.

Mi rol desarrollando contenido es evolución natural de lo que estaba haciendo y al mismo tiempo un reto distinto, con un equipo diverso, internacional y en su mayoría joven. En estos seis meses, como equipo de Marketing & Design transformamos la imagen de la empresa, establecimos su voz y aumentamos su presencia en redes sociales. Cristy y Lau llenan de energía mis mañanas.

¿Avancé? Sin duda. A veces extraño a las personas que dejé, pero estoy contenta con mi decisión y lo que he aprendido en este nuevo rol. Me siento muy apreciada, privilegiada y con una gran oportunidad, en una empresa flexible e interesada por el desarrollo de su equipo y de la industria.

¿Mi trayectoria es notable? Si muriera este año, esperaría que con quienes he trabajado me recordaran por mi disposición para crecer como equipo, por mis ideas y por la forma en la que se desarrollaron.

Aunque nunca me he considerado una persona políticamente activa, tampoco he dudado de mi feminismo, como la búsqueda por equidad de oportunidades para los géneros. Siempre estuve segura de que había mucho camino por recorrer, pero el tiempo me ha hecho más consciente de las injusticias.

Muy cerca del Día Internacional de la Mujer, resonaron un par de feminicidios desgarradores que me motivaron a asistir a mi primera marcha y a participar en el paro al día siguiente. En la víspera, tuve muchas sorpresas y decepciones. Descubrí que el feminismo tiene muchísimas definiciones distintas y que cada quién habla desde su visión y experiencia.

Desde el mío, puedo afirmar es que:

  • Nos urgen medidas sociales (leyes) y educación para reducir la violencia de género.
  • Deshumanizamos a la mujer al encasillarla en roles de madre, objeto (en base a su su belleza) o por su vida sexual.
  • La educación sexual es un derecho fundamental para menores de edad. No se trata de perversión, sino de que puedan detectar agresiones que frecuentemente ocurren en sus casas.
  • Castigar a una mujer por ejercer su sexualidad con parir tiene resultados tóxicos, para ella, para su descendencia y para la sociedad.

Veo a las generaciones jóvenes más activas y vocales al respecto, espero no sea una moda y lleguemos a formas de vivir más equitativas.

¿Avancé? Sí, estoy más informada y me siento más segura para argumentar, lo que espero al menos ayude a que algunas personas cuestionen a lo que están acostumbradas. En un futuro me gustaría crear material sólido que ayude a la causa.

¿Mi trayectoria es notable? No. Fuera del feminismo, al menos aporto como ciudadana respetuosa, que cumple con la mayoría de las reglas comunitarias, incluyendo las tan importantes en esta cuarentena.

Obtuve este dominio e hice un blog, como hobby y para plasmar algunas de mis habilidades profesionales, como escribir y crear diagramas. Publiqué guías, reflexiones y artículos de opinión de mi agrado, aunque me hubiera gustado hacer más.

Cuando estoy creando, a veces resuena una voz en mi cabeza que insiste que lo estoy haciendo mal, que me detenga y mejor me dedique a consumir, con menor riesgo a equivocarme. Busco trucos para callarla, como investigar más del tema y presionarme a seguir trabajando. Sigue siendo difícil en ocasiones.

En el último mes comencé a practicar más mi dibujo y manejo de voz, con la intención de poder usar más herramientas en el año que viene.

¿Avancé? Sí, tanto en habilidades como en seguridad para utilizarlas. Fui capaz de detectar aspectos positivos y áreas mejorables en todo lo que hice, lo que me permite seguir creciendo.

¿Mi trayectoria es notable? No, pero dejaría algunas creaciones como testimonio de mi existencia.

Leí de la efectividad de atar buenos hábitos con cambios grandes en tu vida, así que comencé a caminar en un parque cercano a mi casa, a principios de año. Oler las plantas, sentir el viento, ver el movimiento de los árboles y la actividad impredecible de animales pequeños elevaron mi energía. Extraño salir, pero no me siento segura con tantas personas en la calle sin tapabocas.

Desde el sentido lógico, siempre me pareció muy ridículo definirme en base a mi fecha y hora de nacimiento, pero en este año cuestioné esa forma de pensar al explorar mi signo zodiacal. Encontré varias características que resuenan con mi personalidad:

  • Algunas que no me gustan: hipersensibilidad e inseguridad,
  • otras que sí: intuición y creatividad,
  • unas más neutrales: lealtad y adicción a vivir en mi imaginación.

Esto no hace que busque mi horóscopo cada día, más bien me ayuda a entender mejor habilidades y limitantes en mi forma de ser.

Dios sigue en mi vida, en energía que nos rodea, pero las religiones me tienen muy decepcionada por sus actos que dividen y cultura de la humillación.

En este año cerré un ciclo de terapia psicológica que empecé poco después de graduarme de mi carrera, en un momento en el que mis inseguridades me tenían paralizada.

Me doy cuenta de que existen muchas percepciones equivocadas respecto a buscar ayuda, así que me gustaría aclarar que tu terapeuta:

  • No te dice qué decisiones tomar, más bien ayuda a despejar tu mente y a detectar puertas que no ves.
  • No equivale a desahogarte con tus seres queridos. Por mucho que te quieran, no tienen la preparación necesaria y su opinión es parcial.
  • Es poco probable que te encierre en un psiquiátrico por tus confesiones. Si su especialidad es psicología y considera que requieres medicamento, te recomendará con alguien de psiquiatría.
  • Para que funcione, la química y apertura son esenciales. Hay buenos y malos profesionistas, como en cualquier área.

Por otra parte, trato de hacerme el hábito de meditar a diario, guiada por grabaciones de una aplicación. Vaciar mi mente ha sido complicado durante la cuarentena, pero creo que vale la pena la persistencia. Ojalá pudiéramos reiniciar los procesos de nuestro cerebro de vez en cuando, como si fueran computadoras, para seguir usándolo con más claridad.

¿Avancé? Sí. Por mis experiencias y terapia terminé más segura de mis capacidades, con más energía y días buenos. Ahora soy más consciente de la forma en la que funciona mi mente.

¿Mi trayectoria es notable? Lo suficiente al menos para recomendar probar con terapia y meditación.

El ejercicio nunca ha sido mi fuerte, desde niña fui bastante floja en la clase de educación física. A mis 31, hice más que en mis últimos cinco años: en bici estacionaria, natación, caminatas largas, incluso intenté seguir coreografías coreanas (sin mucho éxito). Me sigue costando mucho convencerme para comenzar, pero ya en el proceso hasta llega a ser placentero.

Con los años mi cuerpo se resiste a más alimentos, como al jugo de tomate que acompañaba mis desayunos desde hace 16 años. A nadie le gusta que le pongan límites, pero sé que no queda más que aprender a vivir con ellos o aguantar las consecuencias físicas.

¿Avancé? Sí, aunque todavía no soy 100% consistente. Necesito llevar mejor mi diario de comidas para saber qué me hace daño.

¿Mi trayectoria es notable? Ni como caso de éxito ni como historia de terror. Al menos me veo bien en el espejo.

El camino hacia la sabiduría siempre ha estado entre mis prioridades, por eso me preocupa no extenderme tanto en esta sección. Seguí explorando temas que me apasionan, como relaciones humanas, tecnología vieja y nueva, marketing, narrativa y cultura pop en general.

¿Avancé? Nunca estaré satisfecha con mi aprendizaje, con más estructura podría dedicar más tiempo al mismo.

¿Mi trayectoria es notable? No, pero me permite tener buenas conversaciones.

La cuarentena intensificó la convivencia con mi familia nuclear, sumando actividades que no teníamos antes. Hasta ahora hemos seguido con tranquilidad, platicando, manteniendo la casa medio limpia y disfrutando comidas deliciosas.

Siempre me han parecido admirables las hermanas de mi mamá, cada una a su manera. Aunque fue un mal año en salud, siguen trabajando en equipo y se nota en los pequeños detalles. Me da mucho gusto percibir a mis primas y primos como personas más maduras y encaminadas.

En 2019, conviví en tres eventos con mi familia de Puebla, que suelo ver una vez cada dos años. Nochebuena fue un día muy vulnerable, con conversaciones que quedaron muy marcadas en mi mente. En la madrugada del 25, los que aguantamos despiertos recordamos con mucho cariño e intensidad a mi tía Tita, que su amor sigue trascendiendo.

¿Avancé? No estoy segura si se pueda, pero confío en mi familia, llevamos la fiesta divertida y en paz.

¿Mi trayectoria es notable? Mi relación familiar es mucho más sana que la promedio, lo que aprecio mucho.

Hice un post al respecto. No tuve una relación notable, pero definí mejor qué busco y tolero a futuro.

¿Avancé? Sí.

¿Mi trayectoria es notable? Lo suficiente como para hacer el post, que obtuvo muchos comentarios positivos.

Conocí más a fondo a personas maravillosas, con quienes tuve conversaciones profundas y abrieron mi panorama. Aun cuando me considero una persona introvertida, extraño las salidas al cine y a comer, las pláticas en la oficina y las reuniones con videojuegos.

Lo mejor de esta cuarentena ha sido poder reconectarme con amistades de hace quince años que conocí en foros de Harry Potter (al mismo tiempo de la crisis de la autora de los libros). Tantos años después, compartimos otros intereses que me han ayudado a entender mejor cuestiones personales y sociales.

¿Avancé? Sí, aunque me gustaría conocer a más personas con quienes comparta intereses.

¿Mi trayectoria es notable? No, pero no me siento mal al respecto.

Veredicto

Mis 31 fueron un año muy balanceado, en el que seguí creciendo, aprendiendo y explorando. Aunque me falta camino por recorrer para sentirme plena, al menos no estoy estancada en ninguno de los aspectos importantes de mi vida.

Si muriera a mis 32, lo haría sin remordimientos. Creo que, fuera de mis seres queridos, la mayoría me olvidaría en unos años. Aunque podría ser peor, espero tener el tiempo para lograr algo notable.


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